De acuerdo a lo que se precisó desde la fuerza, fueron vecinos del barrio El Silencio, cercanos a una escuela y de una plaza, los que denunciaron e hicieron pública la situación “por los permanentes olores nauseabundos que emanaban desde el denso humo despedido por la chimenea de la empresa ubicada en calle Repetto y ex ruta 4”. Vale recordar que la empresa se dedica a la quema de residuos denominados peligrosos, puntualmente biopatogénicos. De acuerdo a lo que se puntualizó, “los vecinos expusieron que sufren afecciones respiratorias, tos, cefaleas e irritación de ojos”.
Seguidamente se subrayó que “las condiciones del establecimiento para realizar el cambio de la composición químico o biológica a través de la combustión y la posterior emisión de gases tóxicos no estaría cumpliendo con las normativas del protocolo establecido para los desechos patológicos y peligrosos”. Todo ello contemplado en la Ley Nacional 24051, que rige la manipulación de los residuos considerados “peligrosos”.

Desde la fuerza se señaló que “tras constatar diferentes irregularidades en las distintas muestras realizadas en la planta por personal especializado del departamento Delitos Ambientales de la PFA, unidad capacitada para investigar y prevenir los delitos contra el medio ambiente, la Justicia ordenó la clausura primaria del horno incinerador casero, cesando la actividad desarrollada diariamente”.