En el lugar, los agentes corroboraron que se trataba de una camioneta Ford Ranger conducida por un joven de 26 años, quien perdió el control del vehículo, despistó y terminó con sus cuatro ruedas apuntando hacia el cielo.
Afortunadamente, el siniestro vial resultó sin lesionados y, tras realizar el test de alcoholemia, la policía confirmó que el conductor circulaba con una graduación de 2,56 gramos de alcohol por litro de sangre.