En ese marco, obtuvo media sanción el proyecto de ley por el cual se crea el Programa de Educación Financiera para Mujeres, en el ámbito del Ministerio de Desarrollo Humano. También se convirtió en ley la creación de un régimen provincial de turismo comunitario.
Gabriela Lena (Juntos por Entre Ríos) dijo sobre el programa de educación financiera, de su autoría que “es crucial para el empoderamiento de las mujeres, no sólo porque proporciona habilidades y conocimientos necesarios para poder gestionar sus recursos económicos de una manera eficaz, sino también para poder tomar decisiones informadas y participar activamente de la vida económica de la sociedad”.
Asimismo, Lena dijo que el programa de capacitación sugerido “busca igualar las oportunidades y contribuir a la eliminación de las brechas de género que aún existen y más que nada en el ámbito financiero”. Subrayó que se pretende fomentar la autogestión y que más mujeres puedan mejorar su situación económica y su calidad de vida.
Stefanía Cora (Más para Entre Ríos) dijo compartir el espíritu de la propuesta legislativa, por lo cual su bloque votó a favor, pero al mismo tiempo reclamó la implementación de la Ley Micaela y otras políticas de género que han sido “recortadas y desfinanciadas”.
Por su parte, manifestó su respaldo a la iniciativa la diputada Mariana Bentos (JxER), quien preside la comisión Banca de las Mujeres, Géneros y Diversidad.
Turismo comunitario
Por unanimidad, se completó la sanción del proyecto de ley, venido en revisión desde el Senado, que establece un régimen provincial para el conjunto de actividades que integran el turismo comunitario y determina las bases de las políticas públicas para su fomento, promoción y desarrollo, en el marco de la economía social. Al respecto, la diputada Laura Stratta (Más para ER) expresó que se trata de una iniciativa que “recogió las demandas de quienes venían haciendo turismo comunitario desde las organizaciones de la sociedad civil”. Habló de un “triple impacto”, una dimensión social, porque es generadora de fuentes de trabajo; una dimensión cultural, porque recupera la identidad y la historia, y otra ambiental, porque implica la preservación del patrimonio.