Allí sostuvo que el Gobierno muestra “indiferencia” frente a los niveles de indigencia y pobreza que se incrementan en el país: “Hay una política para dejar en manos del azar y del mercado a cientos y miles de familias”.
Criticó las políticas del presidente Javier Milei y los insultos hacia aquellos que no piensan igual que el mandatario. “La relación institucional, política, social y económica, va hacia un profundo deterioro”, declaró.
Gustavo Bordet es diputado nacional de Entre Ríos por Unión por la Patria, electo en 2023 con mandato hasta 2027. Anteriormente, fue gobernador de su provincia entre 2015 y 2023, presidente del Partido Justicialista de Entre Ríos, intendente de Concordia entre 2007 y 2015 y presidente del Consejo Departamental del Partido Justicialista de Concordia.
En una entrevista afirmaste tu dolor por el voto positivo del senador Edgardo Kueider en la Ley Bases. ¿Estás de acuerdo con quienes advierten que el voto positivo de Edgardo Kueider tuvo como “pago” el directorio de la represa de Salto Grande?
Yo siempre entendí y entiendo que en la política no se puede tener una cosa en sustitución de otra, en este caso sería un acuerdo a cambio de resignar posiciones políticas, no lo comparto y por eso tuve esta disidencia con el senador Kueider.
Si bien puede haber algún beneficio para la provincia de Entre Ríos, el perjuicio en general para toda la población es mucho más grande al aprobar la ley en los términos en que está planteada. De ahí viene la diferencia, también debo decir que, con anterioridad, cuando Edgardo decide romper con el bloque en 2022, también marqué las diferencias, que son cosas lógicas que se dan en distintos espacios políticos, no debe ser una materia de profundo análisis.
El fondo de la cuestión es la aprobación de esta ley en el Senado que va en contra de los postulados por los cuales nuestro espacio político se presentó a las elecciones, tanto las generales en octubre, donde en Entre Ríos ganó la propuesta de Sergio Massa, como en el balotaje, donde el resultado fue otro. Nuestra posición política iba en el sentido de no acompañar estas medidas de ajuste y del paquete fiscal que se plantea con la restitución de ganancias, con el Régimen de Grandes Inversiones, que constituye una suerte de expoliación de los recursos naturales de la Argentina sin que pueda quedar un solo peso remanente en la remisión de actividades que se quedan las casas matrices en el extranjero.
Uno hace un compromiso con un sector de la sociedad que lo elige, y yo no comparto con Kueider en este caso.
Usted fue reelecto todas las veces que se presentó y agotó las posibilidades de tiempo en el mandato, fue dos veces intendente de su ciudad y dos veces gobernador de su provincia. Es decir, ha tenido experiencia territorial en cargos de máximo nivel durante 16 años, 8 años como intendente y 8 años como gobernador. Usted es un testigo de la política reciente, ¿estamos frente a un momento de fragmentación en todos los partidos, de división dentro del Partido Justicialista, del radical, del PRO? ¿Estamos pasando de un sistema bipartidista, a un sistema de fragmentación de todos los partidos?
Me ha tocado ser gobernador con el presidente Macri, que no era de mi espacio político, así como después me tocó serlo durante el mandato de un presidente que sí era de mi espacio. De todas formas, siempre hubo una tolerancia, una convivencia democrática y un respeto mutuo, son cuestiones que son de institucionalidad, donde se preserva justamente eso: una estructura institucional que se da entre nación, provincia y municipio, y eso no es casta, es gobernar con responsabilidad y cumplir con la función. Lo que advierto es que hay un cambio notable que se va dando a partir de la irrupción del gobierno de Javier Milei.
Es muy poco el tiempo de seis meses como para hacer una evaluación sobre cómo va a seguir este proceso político, pero lo veo con mucha preocupación en el aspecto económico, en el aspecto social, donde hay un gran deterioro en las condiciones de vida de la población, y también en el aspecto político, donde los distintos posicionamientos que se van dando en las fuerzas políticas tienen que ver con la falta de diálogo, con una relación amigo- enemigo que se acentúa y se profundiza continuamente, donde todo aquel que no piensa como el presidente es denotado y se llega al agravio y al insulto, sea personal o sea opositor.
Creo que esto, como sociedad, no nos hace nada bien. Se rompen las reglas de convivencia que en cualquier país democrático existen. Repito, esto no tiene nada que ver con la casta, esto es vivir en un sistema democrático, tolerante y de respeto, en sociedades donde todos se puedan expresar, porque hoy si un dirigente político, o un legislador no aprueba un paquete fiscal, se lo tilda con motes que llegan hasta el absurdo de hablar de degeneramiento fiscal, o si la iglesia emite una crítica por la situación social, automáticamente se sale a criticar al sector de la iglesia que lo hace; si un sector del periodismo cumple con su rol de realizar críticas a la gestión del Gobierno, automáticamente se descalifica a ese periodista.
En una sociedad no se convive así, más allá de los cambios de posicionamiento, lo que veo con preocupación es que la relación institucional, política, social y económica, va hacia un profundo deterioro, y va a producir una fragmentación en la sociedad que no nos hace nada bien.
¿Cómo creé que va a terminar resultando la votación en Diputados sobre las modificaciones que hizo el Senado en la Ley Bases?
Mi posición particular, y la del bloque que represento, va a ser la misma que tuvimos cuando se trató la ley, rechazar el proyecto por todos los motivos que se expusieron en aquel momento en una sesión larguísima. Nos enfrentamos a una semana intensa, porque habrá debate y dictamen de comisión el día martes y se prevé una sesión extensa para el tratamiento de la ley el día jueves.
La posición particular y de mi bloque es insistir con la votación de rechazo que tuvimos originalmente en Diputados. Creo que en los grupos parlamentarios que adoptaron en un principio la ley podrá haber diferentes posturas. Si uno cuenta los votos en Diputados, aparentemente el voto positivo estaría, pero acá hay disidencias y va a haber una cuestión reglamentaria de interpretación que tiene que ver con determinar si se insiste con el proyecto original que se aprobó en Diputados o si el oficialismo acepta las modificaciones del Senado. Son cosas que vamos a discutir la semana que viene, pero entiendo que hay un sector importante en la Cámara de Diputados que le dio el acompañamiento hace semanas atrás.
Las internas del peronismo y la falta de liderazgo
Alejandro Gomel: ¿Cómo cree que sigue lo que tiene que ver con la interna del bloque y del justicialismo después de las votaciones? La propia Cristina Fernández de Kirchner criticó en las redes sociales la posición que tuvieron Kueider y Espínola. Algunos especulan que se puede romper el bloque, ¿cómo sale el peronismo de aquí hacia adelante?No advierto una fragmentación en nuestro bloque, más allá de algún tema puntual que pueda plantearse, pero en términos generales, somos el bloque mayoritario en Diputados.
Vamos a votar por el rechazo de la ley, no veo más allá de los matices o de que no haya una homogeneidad de pensamiento, porque esto ocurre cuando se representan provincias y distintos sectores, no veo que haya una fragmentación en el voto de nuestro bloque. Los votos que hubo en Diputados van a volver a estar en un sentido contrario a la aprobación de esta ley.
AG: ¿Cómo se resuelve la conducción en el peronismo?
Creo que el peronismo está viviendo un proceso de renovación dirigencial de autoridades. En el caso de mi provincia, cuando terminó mi mandato, convoqué a elecciones partidarias en Entre Ríos y decidí excluirme porque había cumplido un ciclo, debía darse una renovación y efectivamente ese proceso se llevó adelante. Hoy, a nivel nacional, se viene conversando para ver de qué manera podemos incidir con un proceso de elección partidaria a nivel nacional en el Consejo Nacional del Justicialismo. Hay que dar ese debate, hacer una autocrítica de por qué se perdió, hablar con sinceridad, no debatir la exclusión de dirigentes que no piensan igual.
Creo que hoy en el peronismo no sobra nadie y tenemos que volver a reconciliarnos con sectores de la sociedad que han dejado de confiar en nuestra propuesta, no alcanza solamente con ser una oposición. Tenemos que proponer opciones superadoras que mejoren lo que hicimos bien y que corrijan lo que hicimos mal, en esto consiste el proceso de replanteo del justicialismo.
AG: Lo que hizo usted en su provincia, que cumplió un ciclo y decidió autoexcluirse, ¿a nivel nacional pasa lo mismo? ¿Debería ser un ejemplo para dirigentes a nivel nacional que cumplan un ciclo y se corran?
Creo que sí, en política, como en la vida, siempre hay ciclos. En mi provincia los gobernadores duran solamente dos periodos, es la única provincia argentina que tiene un sistema de reelección tipo americano, y estoy de acuerdo con ese criterio que establece la Constitución Provincial, porque tal vez cuatro años es muy poco para poder llevar adelante un plan de gobierno, y ocho años es un plazo más que suficiente. Hay que dar paso para que venga alguien y haga las cosas mejor, para que pueda superarse. Los dirigentes debemos comprender que no estamos eternamente atados a los cargos.
AG: ¿Se refiere a Cristina Fernández de Kirchner?
No, estoy hablando en general, no quiero hacer una puntualización de dirigentes. Creo que cada uno debe expresarse en esto y entender que hay que renovar las autoridades y adornar la propuesta política a los tiempos que viven el país y el mundo en general, que cambian porque las sociedades son dinámicas, y si no las interpretamos y no proponemos a la sociedad posiciones que mejoren y superen lo que hacemos, nos vamos a quedar siendo un partido de oposición que no va a ser alternativa electoral.
¿Cómo se nota la diferencia en la pobreza, la indigencia y la situación de hambre que percibe en el AMBA y su conurbano con la que se percibe en la zona núcleo del país, como Entre Ríos?
Hay sectores del país, más allá de las zonas productivas, donde la pobreza se siente muy fuerte. El hecho de que se haya ido incrementando y que deja prever que en un futuro se seguirá por este camino preocupa mucho.
No vemos políticas públicas por parte del Gobierno que estén destinadas a poder incluir a miles de argentinos que han caído por debajo de la línea de pobreza. Uno ve una indiferencia y una indolencia respecto de estos temas.
Todo eso se refleja, por ejemplo, en la causa de alimentos guardados en depósitos, o en las catástrofes de Concordia, que tiene niveles de pobreza muy importantes que sufrieron inundaciones, a donde no llegó ni un paquete de arroz ni de fideos para acompañar a las familias que debieron ser evacuadas de sus hogares, cuando evidentemente sí había mercadería.
Entonces, no es que no hay plata, hay una indolencia, una despreocupación y una política para dejar en manos del azar y del mercado a cientos y miles de familias, y esto preocupa mucho.
Esto es lo que está advirtiendo la iglesia, los referentes sociales que participan y tienen el pulso de lo que pasa en la sociedad y quienes ocupamos cargos con responsabilidad política. Nos preocupa mucho porque no hay políticas públicas que conduzcan a poder controlar una situación de pobreza que, por medidas económicas que se están aplicando de manera brutal los últimos meses, hoy está impactando en la sociedad.