
Sobre aquel resurgir, rememoró que acompañó a su padre a un encuentro, previa "a tomar la concesión del hotel en el 2000", dijo que "esa reunión fue en el restaurante, donde faltaban vidrios e ingresaban palomas". De ahí en más, "el trabajo consecuente de mi padre yéndose a vivir a la habitación 31 del hotel, recorriéndolo desde las 6 hasta pasada la medianoche, hizo que hasta el día de hoy, la gente recuerde esa etapa de gloria", acotó.
Abandono y recuperación
Lapiduz insistió en que el estado actual del lugar "parece Jurassic Park, el sonido de los pavos reales sueltos me recuerda a escenas de esa película", con "un spa totalmente abandonado y en ruinas”.
Según opinó, "las experiencias que tenemos en concesiones que son dadas e empresarios que no son de la región, nos dice que, si no es un gran negocio, luego dejan el clavel para que lo junte alguien o en el peor de los casos el Estado”.
Lapiduz no reniega del apoyo estatal, pero para "buscar inversores, los cuales por mi función en la Federación Empresaria Hotelera y Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA) podrían estar a mi llamado”.
Entorno
Por último, el empresario destacó al Lago de Salto Grande como “un lugar natural irreproducible”, que ubicarían a la ciudad "en una ventana internacional”.A su entender, "mientras los conflictos de la política y los nudos que no se desatan afecten esto, no va a haber empresarios que deseen invertir sin reglas claras".
Por último insistió con que "la recuperación de este hermoso hotel no viene de la mano de foráneos, somos los de acá los que lo amamos, los que trabajamos por el bronce y no por la plata y los que podemos ponerlo en pie”.