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En el proceso de fabricación también participaron los estudiantes de la escuela integral, quienes el día de la instalación los esperaron con su producción para agasajarlos.

La actividad fue coordinada por el docente, Nicolás Gabriel Gómez, quien precisó que la iniciativa surgió cuando fue a realizar un curso de fabricación de silla de ruedas y “de ahí salió la idea. Le pregunté al jefe de taller si podíamos, a los directivos, le comenté a los chicos y decidimos hacerlas”.

Precisó que el municipio donó los materiales y “nos pusimos manos a la obra”. Recordó que “fuimos con los chicos, tomamos medidas en un parque de acá, hicimos modificaciones acordes a nuestra necesidad y lo que queríamos lograr; calculamos los materias, el dinero que salían y le pedimos al municipio los fondos”.

Una experiencia inolvidable

Gómez, quien es técnico egresado de la institución, recordó que “los directivos de hoy de la escuela eran mis docentes”. Él está a cargo del taller de mantenimiento y desde ahí concretaron la obra.

Dijo que los chicos “están encantados con la propuesta. Es toda una experiencia para ellos, trabajo en conjunto y compartir clases. Fue una experiencia inolvidable y ya coordinamos más actividades para el próximo año, donde el proyecto siguiente es una calesita para sillas de ruedas”.

Día de fiesta

Terminadas las hamacas por parte de los alumnos de la escuela técnica, se acordó un día para ir a instalarlas en la escuela integral. Fue una jornada de muchas emociones para todos. “Compartimos unos mates luego de la instalación y los chicos de panificación de la N° 9 nos esperaron con sus productos: galletitas, pasta frola y grisines hechos por ellos”, contó el profesor, quien recordó: “Los chicos los hamacaban y les mostraban a las maestras cómo funciona el juego, la seguridad y trabas para que no pase nada”.

Gómez precisó que “los chicos estaban tan felices, algo que crearon ellos con sus manos va a tener tantas alegrías para otros chicos y para la escuelita”, y adelantó que “están entusiasmado para seguir con más proyectos el año que viene, los que pasan a séptimo, porque los de séptimo terminan este año”.

Por otro lado, el docente apuntó que tiene 12 horas semanales de taller, por lo que “los chicos vinieron dos veces a clases extra, les pregunté a directivos, nos autorizaron y los chicos también, porque queríamos terminar el juego. Hasta más tarde nos quedamos y ningún problema, estaban muy entusiasmados porque teníamos fecha de entrega y queríamos estar listos”.

Manifestó que “no imaginé una experiencia así, si no salís de la escuela o seguís la rutina de siempre no podés saber lo que hay afuera. Siempre que sea para bien, hay que darle para adelante, todo es aprendizaje”.

Por otro lado, dijo que “ese diseño de las mariposas fue idea de los chicos, para darle un toque técnico. Además, es una muestra del buen uso de la tecnología, del celular, porque ellos buscaron modelos y vieron que podían hacer, y se decidieron por las mariposas”.

Para terminar, el profesor de la escuela técnica sintetizó que “miro las fotos de ese día y siento que paso un mundo entero, hacer sonreír a ese niño, sacarle una sonrisa, jamás pensé recibir tanto. Una sonrisa que vale más que todas las requisas del mundo”. Y agregó: “esto es una muestra de que entre todos se puede lograr mucho”.