Allí, se detiene una moto – Yamaha, negra de 150 c.c – en la que se trasladaban dos hombres. El acompañante, sin mediar palabras, le dio un golpe a la mujer, la abrazó y luego le sacó su telefóno celular.
Represalia
La violenta escena fue advertida por testigos circunstanciales, quiénes impidieron que el delincuente pudiera huir del lugar.Justamente, el agresor debió emprender la fuga a pie, corriendo por calle Humberto Primo hacia el norte hasta llegar a Avellaneda. En esa esquina dobló hacia el oeste pero fue alcanzado – y finalmente reducido - con la ayuda de otros vecinos en calle Avellaneda y Nogoyá.