Se confirmó además, que las puertas habrían estado trabadas y las autopsias en los niños no arrojaron resultados anormales.
Así las cosas, el siniestro se inició en el habitáculo y no por un desperfecto eléctrico y mecánico como se estimaba. Esto se puede corroborar con el estado en el que quedó la parte interior del Peugeot 504, totalmente destruida, y no así la parte frontal del rodado, informó el diario El Día.
El cuerpo de la niña fue hallado recostado sobre la butaca, mientras que el niño murió acurrucado detrás de la butaca del conductor.