Según contó a Diario Río Uruguay el inspector de tránsito, Francisco Cardozo, el altercado comenzó cuando “este hombre ingresa contra flecha, es decir, por la salida y estaciona en un lugar no correspondiente porque es exclusivo para personal autorizado municipal”. Ante dicha infracción “le solicito la documentación y no tenía registro, no tenía carnet, no tenía seguro”, agregó el inspector. Inmediatamente, el conductor intima al funcionario remarcándole que era “dueño de estacionar donde quiera”, y amenazó con que “si me tocan el auto lo mato”, contó Cardozo

De acuerdo a lo manifestado por el inspector, intentó apaciguar al conductor incándole que “hablemos como gente civilizada”, pero el hombre continuó “yo no tengo nada que ver con usted, ustedes son  todos unos corruptos entonces con usted no tengo nada de qué hablar”.

Luego de ello, Cardozo procedió a labrarle el acta correspondiente, “el hombre se fue y buscó la documentación, pero el carnet no es vigente y el seguro está vencido; entonces el vehículo será remitido a la Dirección de Tránsito, hasta cuando entregue la documentación necesaria que se le va a entregar el vehículo a señor”, detalló el inspector.

Además, Cardozo señaló que fue una medida preventiva ya que “por el estado en el que el hombre está, no podemos dejar que conduzca porque puede producir cualquier otro accidente”.

En este sentido, el inspector observó que el hombre estaría aparentemente alcoholizado.

El conductor del auto, identificado como Horacio Gross, contó a este medio que “yo vine a traer a un sobrino a un ensayo. Vine estacioné mal, sin carnet y mirá el quilombo que se armó”.

Consultado acerca de la amenaza qu habría recibido el inspector de tránsito, Gross se excusó con que “No, mirá si lo voy a matar”, y continuó “le dije haceme la boleta y ya está, pero complicó todo", dijo en tono de reproche, sorprendiéndose porque "por un carnet, mirá lo que hacen estos”.

Por último, ante la advertencia de que podía perjudicar a terceros con su proceder, el conductor minimizó el asunto diciendo “yo no, si entré despacito”. 

En el lugar también se hizo presente un médico de la Dirección de Tránsito con una pipeta para el control de alcoholemia, pero el conductor primeramente se negó a efectuarse el test y cuando fue convencido de realizarlo nunca sopló de manera debida y solo gesticulaba como si lo realizaba, por lo que el personal de Tránsito apuntó esta actitud en el acta labrada.