En su quinta edición, los feriantes ofrecen a la venta antigüedades mayores a treinta años, como objetos de plata y alpaca, porcelanas, muebles, cuadros, bijouterie y juguetes de colección.

También se pueden encontrar discos, revistas y libros antiguos, lámparas, arañas de bronce y cristal, monedas, estampillas y cientos de objetos que ya no se consiguen en los comercios tradicionales.

Con puestos exclusivos dedicados a artículos de iluminación, platos, juegos de cubiertos y hasta herramientas antiguas, entre otros. El mercado abre al público entre cuatro y cinco veces al año, proponiendo un paseo por viejas épocas a través de los objetos, el que además es musicalizado con temas de antaño.

De hecho, como en cada edición otro de los atractivos importantes de la edición será el Gordo de Navidad. Es un lugar donde las imágenes vuelven del pasado  para quedarse, para que los abuelos les cuenten a sus nietos como era la Concordia de antes y lo importante  es rescatar nuestra memoria.